
Pero un día retiraron las mesas
y... hasta otro verano.
Las mejores promesas son esas
que no hay que cumplir
y... "viajeros al tren, que nos vamos",
me dijo un milano,
"flaco, pórtate bien, au revoir,
buena suerte en París".
y... hasta otro verano.
Las mejores promesas son esas
que no hay que cumplir
y... "viajeros al tren, que nos vamos",
me dijo un milano,
"flaco, pórtate bien, au revoir,
buena suerte en París".
Esos escotes, esas piernas como autopistas de peaje, esas transparencias tras las que se adivinan hasta los órganos internos de quien las lleva. Se va el verano y se lleva con él las carnes tostadas, los hombros tersos, las uñas pintadas sobre unos tacones abiertos al cielo.
Porque siempre hubo clases y yo
no doy bien de marido.
Otra vez a perder un partido,
sin tocar el balón.
Porque el mundo es injusto, chaval,
pero si me provocan
yo también sé jugarme la boca,
qué te voy a contar...
no doy bien de marido.
Otra vez a perder un partido,
sin tocar el balón.
Porque el mundo es injusto, chaval,
pero si me provocan
yo también sé jugarme la boca,
qué te voy a contar...
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